LA PEDRERA
...
Muchos naufragios marcaron la historia del lugar y lo han llenado de leyendas desde hace
siglos. Hoy, en la Playa del Barco, se ven los restos del legendario naufragio del Katay VIII.
La primera división del balneario en manzanas fue en 1898. Román Arrarte era el propietario
del gran terreno rural sobre la playa. En 1910, las primeras familias construyeron sus viviendas,
la mayoría en la rambla. Ya una década más tarde, era un destino consolidado para varias
decenas de turistas que llegaban cada verano a pasar sus temporadas.
Las primeras construcciones, pequeñas y sencillas, no soportaron los vientos fuertes de la
costa y hoy no se conservan, pero hay casas tradicionales de los descendientes de los
fundadores, hechas con materiales más resistentes. Sin embargo, hoy se preserva una de las
primeras viviendas, la “casa de piedra”, sobre el lado izquierdo de la rambla, con su típica
puerta de madera rústica.
La forma característica del terreno como un gran balcón sobre el mar hizo difícil la
urbanización, pero pese a eso se construyeron elegantes residencias y se dio lugar al desarrollo
de su infraestructura turística. En 1950 abre el primer hotel, y en 1960 ya existía agua corriente
y electricidad, además del Club La Pedrera, que organizaba eventos sociales. En la década del
80 creció la oferta inmobiliaria, consolidando al balneario como uno de los destinos
tradicionales del turismo estival.
siglos. Hoy, en la Playa del Barco, se ven los restos del legendario naufragio del Katay VIII.
La primera división del balneario en manzanas fue en 1898. Román Arrarte era el propietario
del gran terreno rural sobre la playa. En 1910, las primeras familias construyeron sus viviendas,
la mayoría en la rambla. Ya una década más tarde, era un destino consolidado para varias
decenas de turistas que llegaban cada verano a pasar sus temporadas.
Las primeras construcciones, pequeñas y sencillas, no soportaron los vientos fuertes de la
costa y hoy no se conservan, pero hay casas tradicionales de los descendientes de los
fundadores, hechas con materiales más resistentes. Sin embargo, hoy se preserva una de las
primeras viviendas, la “casa de piedra”, sobre el lado izquierdo de la rambla, con su típica
puerta de madera rústica.
La forma característica del terreno como un gran balcón sobre el mar hizo difícil la
urbanización, pero pese a eso se construyeron elegantes residencias y se dio lugar al desarrollo
de su infraestructura turística. En 1950 abre el primer hotel, y en 1960 ya existía agua corriente
y electricidad, además del Club La Pedrera, que organizaba eventos sociales. En la década del
80 creció la oferta inmobiliaria, consolidando al balneario como uno de los destinos
tradicionales del turismo estival.